lunes, 18 de enero de 2016

Lo que pudo ser y no fue.

He mirado a través de la ventana y, no sé por qué, he vuelto a pensar en ti.
Creía que, con los años, olvidaría todo lo que fuiste. Y es cierto, ya no recuerdo cómo eran tus besos ni la calidez de tus abrazos, ya ni siquiera recuerdo el timbre de tu voz ni tu forma de tocar mi piel.
Por suerte o por desgracia, el lugar que ocupabas en mi corazón, no ha podido ocuparlo nadie más. Ni siquiera el dolor ha desaparecido.
Hace poco te vi y descolocaste todos mis pensamientos.
Ya no recuerdo qué fue lo que destrozó nuestro hogar, nuestros sueños, nuestra felicidad.
Tampoco quiero recordarlo.
Yo decidí arriesgarme por ti y lo perdí todo.
Hace tiempo me hubiera gustado cruzarme un día cualquiera por la calle contigo. Haber detenido el tiempo y así poder decirte todas estas palabras que resuenan en mi cabeza y en mi pecho desde hace varios otoños.
No quiero que me pidas perdón ni quiero perdonarte.
Tan solo te doy las gracias por haberme elegido.
Te doy las gracias por todas esas tardes de risas y caricias, por esos besos a destiempo y esas tontas peleas. Me hicieron sentir viva por un tiempo.
Tampoco pretendo pedirte perdón por todos mis errores puesto que ya lo intenté.
Fuiste alguien que pasó por mi vida y dejó huella. Una gran huella.
Fuiste alguien que nunca olvidaré.
Fuiste alguien que me enseñó a volar y a caer.
Alguien que me demostró que el amor y el odio están a menos de un paso de distancia.

No te guardo rencor ni vivo enamorada de ti. No pretendo ser tu amiga.
Tan solo solo somos dos personas que se cruzan y ninguno de los dos se molesta en mirarse.
Quizá me hubiese gustado que las cosas hubieran sido diferentes y que nos hubiéramos encontrado en otro momento, sabiendo lo que hoy sé.

Esto no es una declaración de amor ni un "vuelve, te echo de menos.".
Simplemente, es la certeza de que las historias de amor, existen.